lunes, 30 de mayo de 2011

Libros libros Libros! (2ªparte)

Y si quiero seguir leyendo..... ¿Qué leo?  ¿Más recomendaciones?


1)      Por quién doblan las campanas, Ernest Hemingway.
2)      Matadero cinco, Kunt Vonnegut.
3)      La naranja mecánica, Anthony Burguess.
4)      Pasaje a la India, Edward Morgan Forster.
5)      La mansión, Edward M. Forster.
6)      Hoy, Júpiter, Luis Landero.
7)      Juegos de la edad tardía, Luis Landero.
8)      ¡Indignaos!, Stephen Hessel.
9)      El extranjero, A. Camus.
10)   El retrato de Dorian Gray, O.Wilde.
11)   El beso de la mujer araña, Manuel Puij.
12)   Sueños, Franz Kafka.
13)   Todos los nombres, José Saramago.
14)   El misterio de los sueños, Tylbus.
15)   Crystal boy, Pai Hsien-yung.
16)   Amistad profana, Harold Brodkey.
17)   Demian, Herman Hesse.
18)   La ciudad y el pilar de sal, Gore Vidal.
19)   Volver a ser Imelda, Ariel Capone.
20)   Presagio triste, Banana Yoshimoto.
21)   ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era!, Kenzaburo Ôe.
22)   El túnel, Ernesto Sábato.
23)   Rayuela, Julio Cortázar.
24)   Doce cuentos peregrinos, Gabriel García Márquez.
25)   El olor de la Guayaba, G. G. Márquez.
26)   Literatura y vida, Augusto Monterroso.
27)   El hereje, Miguel Delibes.
28)   Señora de rojo sobre fondo gris, Miguel Delibes.
29)   Andanzas de Alfanhui, Rafael Sánchez Ferlosio.
30)   El testimonio de Yarfoz, Rafael Sánchez Ferlosio.
31)   Escándalo, Shusaku Endo.
32)   El mar y el veneno, Shusaku Endo.
33)   Grotesco, Kirino Natsume.
34)   Kokoro, Soseki Natsume.
35)   El reino de Dios está en vosotros, L. Tolstoi.

La noche engaña (1ª parte)


El otro día inicié una pequeña aventura. Bueno, quien dice el otro día, dice hace una o dos semanas.

El caso es que, ¿A quién no le gusta salir de la rutina? Romperla de golpe, reducirla a añicos y reconstruirla. Eso lo que decidí hacer.

Y para ello, elegí la madrugada. Sí, el tiempo posterior a la medianoche y anterior al amanecer. La noche. La noche de Madrid. No podía permitirme el lujo de cambiar de ciudad para fragmentar mi rutina, pero sí que podía correr el riesgo de utilizar la noche como instrumento. Como un instrumento difícil de controlar en manos de un imprudente científico.
Me hubiese gustado indicar las horas y minutos exactos en las que se desarrolló cada parte de este pequeño viaje, pero decidí despojarme de relojes o de cualquier otra fuente capaz de marcar algo exacto, transmitir información puntera y precisa sobre cualquier número o cantidad. De todos modos, mi muñeca se notaba enajenada e inquieta sin el reloj que solía llevar, y parecía que nada más salir por la puerta estuviera pidiendo a gritos volver atrás, no retomar una marcha sin su querido amigo que la rodea, y, añadamos, la mantiene sujeta a una realidad precisa, que en mi caso de poco servía pues no me he caracterizado nunca por mi excesiva puntualidad.

Esta impresión se hizo vasta e intensa cuando, después de andar un rato hacia la primera parada de bus que atisbé, me sobresalté al comprobar que mi cartera se había quedado abandonada allí donde la rutina acecha incesable. También recordé la gran necesidad de ponerme algo para satisfacer a mi muñeca, y decidí volver a la casa donde me había hospedado hasta hace una media hora. Abrí la puerta con cuidado y extraje del cuarto mi reloj y billetera.

Vi el reloj, y desafortunadamente, vi también la hora que marcaba. Las cinco y diez minutos de la mañana. Llevaba despierto desde las cuatro y media. No, miento. Esa noche no había podido conciliar el sueño. Me había pasado las horas mirando el techo del cuarto, tumbado en una cama en la que no paraba de pensar cuantas personas habían pasado por ella, cuantas historias habían dormido entre sus sábanas y a la mañana siguiente habían desaparecido con su dueño y autor, borrando definitivamente su rastro con un poco de detergente y agua en una lavadora que con facilidad cumplía los veintitantos años. Esas horas vacías de significado y coherencia habían sido el preludio para romper mi rutina, para meditar cómo cambiar mi vida durante unas cuantas horas, alejarme de un pasado con ganas de devorar un presente y acercarme a un presente con ganas de devorar futuro nuevo, incierto.

Salí de nuevo a la calle y dejé de lado todos estos pensamientos. Parecía mentira que sólo fuera necesario regresar al lugar del que procedía para llenarme la cabeza de reflexiones absurdas con contenidos que ni siquiera me incumbían, y decidí materializar de algún modo ese hecho desfasando la hora del reloj. Ahora que iba a pensar en todo menos en mí, convendría que por lo menos lo hiciera en una hora que no me corresponde, en un tiempo inventado, que viaja desfasado respecto al que me corresponde. Y como tal, las transformaciones que hoy surtieran efecto también se pasearían bajo un tiempo inexistente, condenadas a desaparecer y nunca más ser rebeladas, al menos no hasta que retornen a la dimensión que yo conocía.
 Sabía que la noche iba a facilitar esta tarea, y más aun la noche de Madrid. En sus calles, sus farolas sostienen bombillitas creadas sólo para esta ciudad. Transcurren las noches deslumbrando un color amarillento y anaranjado, intenso. Intentan simular miles de soles que alumbran las calles, concordando el final del resplandor de uno de ellos con el inicio del siguiente, y así sucesivamente hasta llegar a un cruce en el que fácilmente varios resplandores se superponen uno sobre otro. 
Generan entre las calles una iluminación en exceso o en su defecto un pequeño agujero negro que queda solventado por el inminente resplandor de otra bombillita, cerca o lejos de esta pequeña brecha oscura.

Esta fue la sensación que nació en mi interior al atravesar calles y calles de Madrid que se mantenían con vida gracias a la luz de sus farolas... Me había montado en un taxi. A su conductor, sólo le indiqué el nombre de un hotel al que me arriesgué a ir. Y esa sensación, que ni siquiera me pertenecía, ya trascurría bajo un tiempo inexistente... 
¿Por qué? Yo, antes de subir al taxi, había retrocedido el reloj muchas horas, demasiadas. Si hubiese querido dar una respuesta racional al porqué de tan brusco retroceso, sabía que no lo conseguiría, pues se trataba de un cambio meramente irracional.
Ahora me encontraba en una noche cualquiera, de un día cualquiera de otoño de hace dos años. No, la verdad es que me encontraba en una noche a la cual me hubiese gustado volver, a la cual había decidido volver.
Aun así, miré la palma de mi mano y recordé que esto sólo se trataba de una fantasía. Mi objetivo primordial era romper con la rutina que me atosigaba, y no resguardarme en un pasado hipotético. Ya que había tomado libre albedrío para despojarme del tiempo que me correspondía, ahora no podía fastidiarla dejándome llevar por un tiempo engañoso. Esa fue una condición que me resultó muy difícil de cumplir, y más ahora que había elegido el tiempo al cual regresar.  ‘Tendría que haber sido más precavido – pensé con resignación –…

Cambié mis planes para adaptarme a esta nueva situación. Tenía claro que lo último que necesitaba era un reloj. Solo lo vestía por el deseo de mi muñeca de ampararse bajo su hábito de pesar un poco más. Decidí no fijarme más en la hora, día ni fecha. Y sumido, como estaba, en la tapicería oscura de un taxi que de vez en cuando parecía resurgir de la nada con atisbos de luz anaranjada de esas farolas que daban cuerda a calles interminables, me quedé dormido. 
Fue un sueño rápido, nada profundo. Aunque tenía los ojos cerrados, era consciente de los cambios de luz y ruidos que se producían a mí alrededor, e incluso de la música que el conductor escuchaba. Su vida parecía reducirse a eso, a escuchar las peticiones de clientes que sólo necesitan un transporte rápido para alcanzar sus objetivos, y como consuelo al silencio de estos, quedaba la música de fondo. También imaginé que igual que yo mantenía los ojos cerrados, a él también le gustaría estar durmiendo y descansando en un lugar silencioso y alejado de su rutina.

Y llegamos al hotel. Un ‘Aquí tiene’ y ‘gracias’ fueron de nuevo las dos únicas palabras que dejé escapar de mi boca. Él no contestó, y simplemente se resigno a devolverme el cambio del billete de veinte euros que le había entregado. Le había mandado bastante lejos desde donde nos encontrábamos,  y aún así el viaje no resulto muy caro. Ahora, estábamos cerca de Barajas, y el ruido de los aviones se percibía lejano pero a la vez cercano.

Nada más bajar del taxi, un torrente de dudas me sobresaltó…. — ¿Qué narices hago yo aquí? ¿A que espero? ¿Simplemente he querido hacerme el interesante ante una madrugada que quiera o no va a devolverme al presente, al día soleado o nublado, a la hora y fecha en la que me encuentro y no en la que me quiero encontrar? –
`Da igual’ —Me dije. – ‘El caso es que mi rutina ya ha comenzado a desaparecer’. Ahora, me encuentro alejado de cualquier atadura, bajo un tiempo que yo quiero, en un lugar que no conozco, y sin dinero para volver atrás…

Además, cerca de un aeropuerto que me abre las puertas para volar a cualquier sitio…


-Todavía no ha amanecido -...

Y finalmente entré en el hotel.



domingo, 29 de mayo de 2011

Libros libros Libros! (1ªparte)

¿Y si quiero leer? ¿Qué leo?…           ¿Aceptáis alguna recomendación?


1)      La interpretación de los sueños, Freud.
2)      El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad.
3)      El agente secreto, Joseph Conrad.
4)      El señor de las moscas, Willian Golding.
5)      Alguien voló sobre el nido del cuco, Ken Kesey.
6)      El centro del aire, José María Merino.
7)      El desorden de tu nombre, J. José Millas.
8)      Atlas de geografía humana, Almudena Grandes.
9)      Los aires difíciles, Almudena Grandes.
10)   Castillos de cartón, Almudena Grandes.
11)   Balzac y la costurera china, Dai Sijie.
12)   La espera, Ha Jin.
13)   Adiós a mi concubina, Lilian Lee.
14)   La ingratitud, Ying Cheng.
15)   La traición de Rita Hayworth, Manuel Puij.
16)   El alma fugitiva, Harold Brodkey.
17)   Un mundo dentro del mundo, Stephen Spender.
18)   Mientras Inglaterra duerme, David Leavitt.
19) Baile en familia, David Leavitt.
20)   El lenguaje perdido de las grúas, David Leavitt.
21)   Historia universal de la infancia, Luis Borges.
22)   Cuentos completos, Luis Borges.
23)   El escarabajo, Manuel Mujica Láinez.
24)   El señor presidente, Miguel Ángel Asturias.
25)   El reino de este mundo, Alejo Carpentier.
26)   La suma de los días, Isabel Allende.
27)   El amor es una droga dura, Cristina Peri Rossi.
28)   La rebelión de los niños, Cristina Peri Rossi.
29)   Historias marginales, Luis Sepúlveda.
30)   La vida breve, Juan Carlos Onetti.
31)   Escritos de Luis Buñuel, Luis Buñuel.
32)   Tiempos difíciles, Charles Dickens.
33)   Nuestro común amigo, Charles Dickens.
34)   El guardavía, Charles Dickens.
35)   La muñeca de Pekín, Chun Sue.

jueves, 26 de mayo de 2011

PROHIBIDO....¿Y qué está prohibido?


<< Existen lugares prohibidos… lugares que rondan en nuestra memoria, que nos animan a transitarlos y perdernos por ellos…. Que sólo guían nuestros pasos hasta recónditos escondrijos, vallados, olvidados, condenados a ser prohibidos… y ahora que quiero escapar de ellos…

Existen palabras prohibidas….discursos impronunciables una vez pronunciados, que surcan allí lejos y donde no puedan volver a ser apresados de nuevo…condenados a llamarse prohibidos…

Existen momentos prohibidos…, minutos, segundos…, exactos, inoportunos, que luchan, que disputan su entrada en escena…. Nos envuelven, nos engañan, nos engullen, nos seducen por el afán irrefrenable de querer retenerlos, con vida, repetidos, perpetuos, encadenados a un pasado cuya única esperanza es su futuro eterno,…. Ante ellos es mejor jugar a su juego, hacerse el desorientado, perder el rumbo, fecha, lugar,…cerrar los ojos, no respirar, echar un pulso al tiempo… y recuerda…: no dejas de balancearte entre momentos prohibidos.….

Existen escenas prohibidas…. La exacta simultaneidad entre lugares cohibidos, momentos reprimidos, que danzan, se reestructuran y coinciden de nuevo….y garantizan raíces… raíces dónde nacen nuevas escenas prohibidas….escenas que no pueden producirse, que sólo se repiten una vez y que sólo se tiñen de recuerdo imborrable… son las más peligrosas…

¡Expúlsalas! ¡Precipítate al vacío con ellas, y que caigan mientras aferras la realidad! ¡Usa un grito, un llanto, una sonrisa, un tortazo…!


Existen letras prohibidas, letras y signos creados para ser descifrados y nunca más descifrarse, para no ordenarse, para no clasificarse….
Órdenes, gritos, respiros prohibidos…… y colores prohibidos…colores apresando de nuevo el olvido, que quieren jugar con la vista, despistarla, torbellinos desalentados, amargados, que ni existen, que ni saben, que ni huelen, que sólo evocan lo que fueron, lo que son, lo que nunca son, y tú sólo recuerdas que están prohibidos…

Olores, preguntas, sonidos,  tactos prohibidos…. Tactos que revelan las voces prohibidas, preguntas lejanas, comentarios perdidos, en boca de quien deforma aún más los sentidos….

Existe un yo, un tú y un él prohibido… Existe si, y ha existido… la persona prohibida…, la que nunca tuvo que entrar, la que nunca debió salir, la que nunca entrará, la que nunca saldrá…. Y esté donde esté, tan cerca o tan lejos, con mucha pasión, con mucho odio, ella sólo prolonga su tarea prohibida…, la que descoloca nuestros orden, nuestra cordura…, y convierte nuestras ideas en duda…:  ¿Por qué apareció…?  ¿Por qué aparecí…?

Existen movimientos, actos, miradas prohibidas…. Miradas de nadie, miradas de todos, congelan, derriten, creemos que hablan, creemos que callan… Es mentira… sólo atrapan en redes de encanto, de pérdida, apariencias, y engaño…. A uno mismo, mentiras prohibidas que queman hasta la memoria más húmeda, chorreante de tanta lluvia prohibida….De lluvia de recuerdos… que yo deseo…. Claro….

....Deseo prohibido…..


Así....tengo algo que me he prohibido….
                                        ….el mero recuerdo de lo que ya he prohibido….


……………………….


No soy más que… un escrito prohibido….
                                  …..guardo los límites de lo que está prohibido…. Recorro momentos, lugares, olores, colores, recuerdos, personas, sonidos,…. Y las convierto en prohibido….



No me leáis, no me toquéis, no me penséis, no me escuchéis…. Yo sólo estoy….             
          …prohibido…>>.


<Aruber, Nunca digas nunca-aruber>

Sputnik, mi amor:


Los sentimientos que conmueven a la joven Sumire han sido repentinamente conducidos al amor por una mujer, que la impulsan a viajar junto a ella hasta Grecia.  Allí, los mundos de cada una incluso el del propio narrador rozan y se confunden con la realidad. Unos mundos que,  más tarde, encubrirán la misteriosa desaparición de Sumire...

martes, 24 de mayo de 2011

A las cosas, por su nombre.

Para todos aquellos que crean que estas dos semanas de ausencia he estado perdido....


Territorio Vergara, 19 de Mayo 2011. Diario Público.

"La junta electoral provincial desautoriza la concentración en la Puerta del Sol, porque la petición del VOTO RESPONSABLE puede afectar a la campaña electoral".
"Si es que no hay nada como pedir el VOTO IRRESPONSABLE para que te dejen en paz..."

Querido diario: 15 de octubre de 2008. Money will love you III.

Continuar....

Continuar con la historia que ya ocupa dos días de mi diario, que desde el 13 de octubre de 2008, es mi mayor preocupación.....
Ahora sé que no abandonaré hasta terminar de transcribir Un giro bajo la lluvia....:

......................................

..........''No recuerdo el día, ni la hora ni la fecha, no recuerdo el lugar, solo recuerdo sus palabras…
Por aquel entonces, intensas lluvias azotaron duramente la costa de la ciudad en la que vivía, y las inundaciones comenzaron a estar a la orden del día. Pérdidas millonarias y por supuesto personales de todos aquellos que no llegaban a resguardarse de riadas o simplemente no tenían donde resguardarse. Mientras, yo continuaba con mis negocios al igual que las lluvias no cesaban. En uno de estos días, mientras andaba por la calle, no tuve más remedio que pararme bajo un resguardo. El intenso viento impedía que continuase mi marcha sin acabar empapado incluso usando paraguas, que además ya estaba roto. Y fue allí donde su voz, irritada, como recién levantada de un sueño al cual le hubiese gustado aferrarse aun más, sonó.
-No esperaba que parases, creía que hasta la lluvia sería incapaz de retener tus quehaceres diarios…. ¿Qué harás ahora que solo tienes que esperar?- se oyó bajo un tono sarcástico.
-¿Esperar?- Conteste. -¿Esperar a qué? Incluso ahora que estoy aquí, parado, estoy pensando en cómo me organizaré cuando llegue a la oficina para aprovechar el tiempo que estoy perdiendo. No tengo nada que esperar, es más, seguramente alguien me esté esperando a mi.

Tras pronunciar estas palabras, decidí finalmente descubrir quién se atrevía a sobreestimar mi agenda y a hacer tales preguntas, y, esperando encontrarme con alguien frente a mis ojos aguardando detrás de mi espalda, el resultado fue opuesto; bajé la mirada y vi a un hombre de edad y rasgos imposibles de comprobar, abrigado con prendas dispares entre si, deterioradas y rasgadas; cualquier cosa valía mientras fuese capaz de calentar y proteger un cuerpo que seguramente bajo tales vestimentas no guardaba más que los recuerdos pesados de una vida atormentada por la pobreza; fue entonces cuando me di cuenta de que yo, de nuevo, alto mandatario, valiosa y reconocida figura de los negocios, me encontraba igualado ante un mendigo, ambos resguardándonos ante un enemigo común, ambos protegiéndonos de las sensaciones que éste puede dejar sobre nuestros cuerpos, ambos huyendo del miedo a ser expuestos a las peores consecuencias de tan bruscas lluvias sobre nosotros….mi burbuja comenzaba a romperse…algo o alguien la pinchaba lenta pero eficazmente…

-Creo que voy a sincerarme contigo- contestó el mendigo.- Dices que hay alguien que puede estar esperándote, así que imagina por un segundo que ese soy yo- Y sin dejarme un instante para responder, prosiguió:
Hace dos días que no se nada de mi mujer, es más, puedo asegurarte que ya no se encuentra entre nosotros. Vivíamos en una chabola, junto con muchas otras, en las afueras de la ciudad. Toda esa zona ha quedado empantanada, sin rastro de vida… nada más que escombros flotando sobre la superficie del pequeño embalse que se ha formado. Francamente creo que a nadie le va a importar las vidas que se hayan perdido allí…era una gran comunidad de personas…y ahora sólo las confundirán con los despojos que queden estancados cuando acaben las lluvias. Y de sólo pensar que mi esposa se haya entre ellos, se me revuelven las tripas. Pensar que sí solo la hubiese animado a salir de allí aquella tarde la riada hubiese pasado indiferente ante ella…, y que por aceptar que se quedase bajo ese refugio he perdido lo único que me mantenía con vida…Dime, ¿Has perdido alguna vez algo que te haya hecho replantearte tu existencia…?
No supe que responderle, comencé a pensar en la experiencia fallida de mi primer trabajo, pero nunca hubiese atribuido tal pérdida a una presencia humana. Mientras, él continuó:
Pero me he dado cuenta de que su ausencia no es más que el preludio de lo que voy a tener que hacer a partir de ahora. Bienes materiales… no tuve ni tengo, nada ha cambiado, pero… ¿Qué hay de lo qué, como he dicho, me mantenía unido a la realidad? Todas mis pasiones, miedos y deseos, toda la buena voluntad con la que llegado a actuar se encontraba acumulada bajo la figura de mi esposa, y cada paso que hemos dado era para estar juntos, sólo existía la palabra nosotros. Ahora, todo ese amor,…pasión y devoción hacia la vida incluso en las más crueles situaciones, ¿Cómo voy a demostrarlo? ¿Cómo voy a demostrarlo si ya no está la persona que me lo enseñó? ¿Cómo voy a saber qué estoy haciendo lo correcto? Creo que el amor que he conocido gracias a ella me ha permitido descubrir un poco más el mundo que nos rodea, y darme cuenta de que todavía hay algo más que dar sin esperar nada, justamente nada a cambio, pues no teníamos nada y nosotros sabíamos muy bien lo que era eso. Te parecerá mentira, pero ahora entiendo lo que aprendí con mi esposa durante la mísera vida que albergamos…: el saber qué hacer cuando no se tiene nada  ahora que falta uno de los dos. Ahora, los poquitos granos de felicidad y fraternidad que un indigente como yo pueda dar, los voy a entregar a los demás. Así es, porque estoy seguro de que eso es lo que a mi esposa le hubiese gustado oír algún día, y porque estoy seguro de que la ausencia que ella ha dejado se hará un poco más soportable al entregar a los demás lo que ya no puedo entregarle a ella.
Toma, dices que tienes prisa, ¿No?, creo que está lluvia no parará durante todo el día, así que rápido, dame tu paraguas y toma el mío. ¿Lo ves? Fue una de las pocas cosas que se salvaron conmigo de la riada, así que más vale que lo aproveches hasta que llegues a la oficina. Ya me has escuchado lo suficiente, así que ¡corre!
No me dio tiempo ni a darle el paraguas viejo, simplemente me hizo un ademán lo suficientemente claro con las manos para entender que debía irme y que no iba a responder a ninguna pregunta más. Toda esta atmósfera de misterio e inquietud se agudizó pocos segundos después de retomar la marcha, cuando volví la cabeza tratando de recordar el lugar en el que él estaba, y dónde ya no quedaba rastro alguno del que había sido mi interlocutor.

Entonces, unas palabras que deberían haber sido superfluas bajo la figura de un gran negociante cómo yo, fueron las que rondaron mis pensamientos y todas las decisiones que desde entonces afronté; Todas y cada una de aquellas sentencias quedaron grabadas en mi memoria, y mi mundo ideal volvía a desmoronarse… ¿Cómo era posible que pudiese hablar con tal ímpetu y fortaleza estando en una situación de tan devastada pobreza? ¿Qué es lo que le hacía luchar por algo que no era ni su propio bienestar ni la acogida de homenajes de otros? “…Creo que el amor que he conocido gracias a ella…”, “…estoy seguro de que la ausencia que ella ha dejado se hará un poco más soportable al entregar a los demás lo que ya no puedo entregarle a ella…”…Cada frase, cada palabra y cada pausa parecían estar elegidas de antemano por este individuo para hacer replantearme todo lo que hasta entonces era obvio e evidente, y quizás el desasosiego que guardaba en su interior pero que maquillaba bajo tales palabras era lo que había logrado penetrar en mi, lo que terminó por despedazar mi famosa burbuja protectora. ¿Qué era lo que había descubierto ese hombre que le llenaba incluso sin tener nada? ¿Qué demonios era…? Yo también quería conocerlo…yo también quería descubrirlo…quería encontrarme con eso capaz de llenar mi vida... ¿Dónde debería buscarlo?...Cómo se llamaba…. ¿Amor? ¿Solidaridad? ¿Pura locura quizás?...Tantas preguntas, tantas disconformidades acumuladas en tan poco tiempo consiguieron arrancar de mi más alarmado y receloso interior un llanto cruel y atronador que nunca antes había experimentado….finalmente no sabía quien era…


Las lluvias continuaron durante meses, y todas las tardes volví al mismo refugio esperando encontrarme con ese hombre, esperando verle cobijado del frío y del viento, mostrándonos indefensos ante las amenazas exteriores como el primer día que nos conocimos….parecía que incluso al haberme dado su paraguas, él se hubiese despojado de todo lo que es innecesario para ser feliz y a mi me hubiese encasquetado una ardua y larga tarea de desintoxicación ante todo lo que había conocido hasta entonces, advirtiéndome de que no sería tarea fácil, de que tendría que afrontar nuevos desafíos ante lluvias tan contrarias a mis capacidades, ayudado tan sólo de un paraguas y mi cuerpo.

Pasaron años…y efectivamente comencé a entender sus palabras…Conseguí reunir el valor suficiente para que los imborrables gestos de su entrega surgieran efecto…. Sentía que iba a descubrirlo…que iba a encontrar el motor de todo aquello que nunca tuve…
A él…a él no le volví a ver, no supe nada de su paradero. Incluso visité el lodazal que quedó a las afueras de la ciudad, y no hubo rastro de él, simplemente, como bien supo adelantar, un conjunto de restos y escombros bajo los cuales se hallaban olvidadas vidas humanas que difícilmente conmoverían a los demás.
Se acabó, podía escapar de la mentira que estaba viviendo…tras años de meditación, por fin supe que es lo que tenía que hacer…y este era sólo el principio.

…Corrí hacia el primer teléfono que encontré y marqué el número que tanto acostumbraba mi rutina,  y antes de esperar una respuesta al otro lado, exhale:
-        Soy yo, dejo la empresa, me retiro.
Antes de colgar, dio tiempo a que escuchase unas últimas palabras, unas palabras de inmediata  reacción ante tal inesperada declaración:
-        Espero que esto sea una broma, te necesitamos ahora mismo, ¿Dónde estas? Enviaremos alguien a buscarte inmediatamente.
Entonces, contesté mientras sentía mi voz temblar…
-    No sé…, no sé donde estoy, no sé ni cómo he llegado aquí…sólo tengo un paraguas…No me busquéis, creo que estoy lejos…, no lo sé…, pero por fin me he encontrado a mi mismo…todavía tengo mucho que aprender….- y colgué ''......

.............................................

Aquí.... Hola.....Soy yo, he vuelto.....puff....parecía que esta historia no tenía fin....y sigo sin encontrarlo....
No me lo creo....Llevo más de tres horas trasladando estas palabras con mi letra a un simple cuaderno..., y al final he encontrado un pequeño orden que explica qué le pasa a mi hermana......Noto que desde hace tiempo se abandonó al desorden, al desorden emocional, y ahora un orden que ni siquiera ha sido capaz de guardar no le guarda ella.... y se pierde fácilmente entre sus vórtices y escondrijos....

Definitivamente tengo esta impresión y no creo equivocarme.... 

Aun así, mañana reflexionaré e intentaré enlazar más desenlaces.... ahora estoy demasiado cansado para pensar.... hasta entonces..... 



no bajaré la guardia.... 





Querido diario: 14 de octubre de 2008. Money will love you II.

Analizar....

...Es todo lo que necesito, analizar el siguiente relato. La canción causante de este revuelo entre mi hermana y yo ya está en su lugar, ya ha quedado apresada entre las líneas del otro día

Analizar...
Un giro bajo la lluvia:

......''Todavía recuerdo fielmente aquellas palabras, unas palabras dulces pero firmes, alegres y entregadas a su causa…quizás una causa idealizada, quizás una causa ingenua, pero desde luego una causa que hizo replantearme la mentira que estaba viviendo…

Yo, hasta entonces, y desde que terminé mis estudios universitarios, había subsistido a base de los negocios. Conseguí acceder rápidamente a una de las empresas con más renombre de la zona, y gracias a una serie de imprevistos, bien producto de la suerte o bien producto del destino que ya planeaba algunos de los contratiempos que acontecerían meses más tarde, obtuve rápidamente un alto cargo provisto de elevados ingresos. El estado de bienestar y confort se revelaba ante mí, aunque no actué exactamente como había escuchado a todos aquellos ejecutivos que durante mis primeros días en la empresa accedieron a guiarme. “Recuerda, aquí lo importante son los beneficios y progresos de la empresa, y luego tú”. “Desconfía de todos, no esperes nada de nadie, cada uno estaremos aguardando el momento correcto para actuar y obtener elogios y recompensas que estimulen nuestros ingresos económicos; recuerda que este es el mundo real, así que no tengas compasión ante nadie si de ti y tus progresos se trata”. Estos avisos, que en un principio amistosamente extendían en conversaciones tratando de demostrarse la gran experiencia que habían recogido durante años, no tardaron en materializarse al advertir mi rápida mejora en la empresa. El recelo de estos ‘experimentados’ que a pesar de sus supuestas destrezas no alcanzaban un alto cargo cómo al que yo había sido expuesto en tan poco tiempo no se hizo esperar, y una feroz campaña ruin, indigna, basada en el desprestigio y las mentiras, y alimentada por la envidia y la antipatía que se había suscitado entre mis compañeros frente a tal repentino ascenso sirvió de detonante. –‘Te lo avisamos, no tenemos compasión ante nadie, y menos ante un novato que amenaza nuestros progresos’- fueron algunos de los comentarios que dejaban en el aire cuando estaba cerca, esperando mi reacción al oírlos…

Malmetidos y totalmente enemistados son las dos palabras que definen  mis últimos días en la empresa, y sus resultados los que aclaran el porqué de mi despido. Incluso el más optimista no hubiese tardado en entender que en el mundo en el que me había metido, la conformidad de la mayoría suprime a la verdad, y cualquier incidente que pudiese poner en peligro el sucesivo rendimiento de la empresa sería extirpado con rapidez. Así que, lejos de la verificación de si los hechos por los que había sido culpado eran verdad, lejos de la situación personal en la que me encontraba o lejos de la futura situación económica en la que me encontraría por falta de ingresos, fui despedido, tal y como me habían avisado mis buenos compañeros, ‘sin compasión’. Parece mentira que el estado de bienestar que tan sólo un par de meses atrás se revelaba como verdad ineludible, los sueños y aspiraciones que le acompañaban y el simple anhelo de superación que éste suscitaba, parece mentira que fuese sustituido por una angustiosa pesadilla de incertidumbre y derrota, y no sólo angustiosa por el hecho de haber consumido mi experiencia presente, sino porque presentaba ante mí un agotador futuro, un futuro ensuciado por aquello que no aprendí en aquella empresa, y que parece que a partir de ahora tendría que tener en cuenta para ser algo útil en la vida. Poco a poco, iba adentrándome en los entresijos más oscuros de mi existencia, y comprendí que sólo así obtendría un reconocido y envidiado éxito capaz de dar cuerda a mi vida…

Sumido bajo esta borrosa atmósfera de miedo y rencor hacia quienes me enseñaron el mecanismo de todos y cada uno de aquellos pasos que debería dar en el mundo laboral, junto al egoísmo y la avaricia de volver a retener en mí el confort y la autoestima que un buen estatus económico me aportó anteriormente, continué mis siguientes años de actividad, sin importar cuantas veces fuera necesario justificar acciones o decisiones injustas y deshonestas para alcanzar y acercarme más a alabanzas personales. Una balanza desajustada desde un principio en el calibrado de sus medidas continuó a mi favor durante mucho tiempo, llegando a controlar todas las maniobras y artimañas necesarias para descalibrar aún más. Verdad o mentira, por fin alcanzaba el éxito.

Fue entonces, cuando, la burbuja que durante tantos años había soportado el peso de mi aislamiento y abandono hacía lo que realmente creía que era el mundo real, una burbuja que custodiaba mi vida y de la cual era imposible salir, se rompió con una fragilidad similar a la de los sentimientos que habían permitido mi entrada en ella: pánico e incertidumbre.
No recuerdo el día, ni la hora ni la fecha, no recuerdo el lugar, solo recuerdo sus palabras…''

.....................

Agotador, por hoy ya ha sido suficiente... Tengo la mano cansada de escribir y sólo puedo recurrir a un par de líneas más para rematar el día de hoy. 
Mañana retomaré la tarea con ánimo....

Hasta entonces....dormiré....


Querido diario: 13 de octubre de 2008. Money will love you.

Por fin mi hermana se ha atrevido a escribir una historia.


Hace tiempo la propuse un reto….: escucha una canción, escúchala hasta que la aborrezcas, y después olvídate de ella…Y cuando la eches de menos, cuando no sepas si lo que quieres es seguir torturándote con una canción en la que cada palabra ha perdido toda cohesión con su significado, o si crees que simplemente lo que odias se ha convertido en tu mayor aliado para recordar viejos momentos, entonces vuelve a escucharla y escribe una historia con uñas y dientes, estampa en ella todo lo que en ti haya despertado….

...Ella me dijo: ‘Nunca volvería a escuchar algo que haya colmado mi paciencia, menos aún se convertirá en un aliado del pasado’.


Un mes después por fin ha cedido… 

Ahora... ya tiene su historia escrita. Me comenta que se ha sorprendido a ella misma… y que prefiere descansar por un tiempo… Me gustaría preguntarla que narices ha pasado por su cabeza todo este tiempo de reflexión, pero sólo me responde: ‘Lee mi historia y lo sabrás. Y si no la entiendes, será que nunca hemos estado  al mismo nivel’.  

Y ahora puedo asegurar que yo, desde mi posición como hermano menor, he advertido varios cambios indescriptibles. No encuentro ninguna pista para ordenarlos y darles un sentido lógico, pero cambios, ha habido. No me queda más remedio que seguir una de sus ordenes y reescribir la historia entre estas hojas; me encerraré en su mente intentando zambullirme por el mismo espacio-tiempo durante el cual ella escribió su relato, e intentaré entrometerme como un pequeño fisgón en cada una de las palabras que dirigidas por su mente se teclearon en aquella pantalla la tarde que dio fin y forma a sus pensamientos...

……Empezaré escribiendo la letra de la canción que incitó este desafío, un desafío que nos ha envuelto en unas consecuencias inimaginables para nuestra relación.

Doy  inicio así, a una ardua tarea con esta redacción…

Money Will Love You (English version)
Urban Romantic, RIE FU.
Do you realize that you’ve been living this way?
Going to parties, and waking up late in the day
You don’t take advantage of the game that you play
You don’t disagree when you hear them say;
it’s a cold world, but I don’t mind the scene,
and it’s a cold, cold city, but a home to me

There’s a wild adventure that appears in your sleep,
but don’t you worry
Money will love you

Do you realize that you’ve come this far?
From a far east village, now you're a star
You’re destined to discover, maybe today
Some sweet lover, a dream, or a saint
Oh it’s a cold world, but I don’t mind the scene,
and it’s a cold, cold city, but a home to me

There’s a wild adventure that appears in my sleep,
but don’t you worry
Money will love you

So hold out your hand, there’s so much to take
Pick up the pieces, along the way
Take on the world, maybe today
Now we are golden
Money will love you

“nante tsumetai sekai
 sore demo ii
nante tsumetai machi
 dakedo jiyuu
bouken wa itsumo yume no naka
 demo
shinpai wa nai
 sore mo ai no uchi”
(ENGLISH TRANS)
“What a cold world, and yet that’s okay
What a cold city, but we are free
Adventures are always in your dreams, but
don’t worry, that too is part of love”


So hold out your hand, there’s so much to take
Pick up the pieces, along the way
Take on the world, maybe today
Now we are golden,
money will love you, somebody will love you,
no, somebody already loves you...

jueves, 5 de mayo de 2011

Comprender Japón (1ª parte)

Desafortunadamente me llega a mis oídos que, desde el 11 de Marzo de 2011, el país nipón hace frente a unas de las crisis más crueles que nunca antes haya vivido. Agravada además por la depresión económica en la que lleva sumido desde los años 90, creía que daba muestras de recuperación paso a paso, sin prisa pero sin pausa. Sin embargo, estos pequeños pasos parecen haber sido enormemente entorpecidos por el terremoto (denominado 大震災, daishinsai, ‘gran temblor devastador’), tsunami y posterior crisis nuclear que azotaron a la isla… No es de extrañar que alarmantes fuentes (incluiré a propios delegados de su gobierno, periodistas o periódicos extranjeros, organizaciones,..) hayan optado por drásticas comparaciones referidas a su situación al acabar la II Guerra Mundial o con el desastre nuclear de Chernóbil. Ahora mi pregunta es certera… ¿Es verdad que allí se está viviendo el apocalipsis que nos presentan los medios de comunicación?

Paradójicamente, creo que frente a la gran agitación y nerviosismo que los medios parecen describirnos, nos topamos con 127 millones de habitantes residentes en la isla que siguen un día a día relativamente común y rutinario. Apunto relativamente porque he descontado dos hechos que son evidentes: los pueblos y costas del Norte de Japón que se vieron involucradas en la masacre del tsunami se centran en su reconstrucción para intentar retomar esa ‘regularidad’, esa ‘habitualidad’; y porque obviamente cualquier actividad que quede dentro del radio de seguridad establecido alrededor de la central de Fukushima no se retomará hasta que el nivel de radiación disminuya y la central sea controlada. Si echamos una rápida mirada al futuro, las consecuencias de la radiación pasarán factura durante años, a nivel local alrededor de la central (pero no en la otra punta del Pacífico, en California entre otros, como muchos americanos se han creído, ni siquiera en otras ciudades japonesas). Mientras, las consecuencias del tsunami ya han pasado factura, y el indicio más siniestro son las cifras de fallecidos que rondan los veinte mil….

Y como decía, 127 millones de habitantes que, en los primeros días, influenciados por continuas réplicas del daishinsai (大震災), influenciados por la llegada de ‘tormentas’ de información, tan pronto certeras o falseadas, como preocupantes, exageradas o contradictorias a las oficiales, hizo que estos se vieran desconcertados y desorientados, o que incluso los más atrevidos decidieran abandonar el país y alejarse de ciudades colindantes y no tan colindantes a la región de Fukushima. 

No obstante, a medida que en las sucesivas semanas se iban conociendo exactamente los verdaderos problemas a los que la sociedad nipona se afrontaría,  el espíritu japonés entró en marcha: ….Una rápida tolerancia ante la catástrofe natural que acababan de vivir, la suficiente satisfacción colectiva con los consejos e información que la cadena pública japonesa NHK transmitía, su aparente tranquilidad ante la información que iban recibiendo, sin parecer importarles la manipulación o ‘suavización’ de ella siempre y cuando no se tratase de datos que pusiesen en peligro la vida de los ciudadanos (tamización que efectivamente fue expuesta por la empresa encargada de la central, TEPCO), una superficialidad sosegada y calmada, quizás agitada en ocasiones por campañas de ayuda y selección de voluntarios para solidarizarse económicamente con las zonas afectadas por el terremoto, etc….

Entonces me di cuenta de que ese espíritu japonés fue aprovechado por muchos medios extranjeros para, ante su sorpresa, realizar un ligero análisis y calificar a la sociedad japonesa tanto como un pueblo civilizado y con una ciudadanía comprometida como una sociedad demasiado estoica, fría e insensible.

Evidentemente, la respuesta creo encontrarla en su cultura, que supone un mix de las dos impresiones que occidente se llevo al analizar la gestión de la nueva crisis japonesa, una gestión que todavía sorprende tanto como cuando se le explica a un español lo que es la 'huelga a la japonesa' y que de verdad….¿¡…existe..!?.
 Estoy hablando, pues, de una gestión no gubernamental, ni oficial ni estatal, sino la gestión y respuesta de la comunidad japonesa en general, de su sociedad, de sus opiniones y costumbres asentadas en unos principios, una lengua y una cultura que ha demostrado saber responder con calma y tranquilidad ante un desastre a tal escala.

Pero no todo son alabanzas, y puedo reconocer también las críticas a esta 'gestión colectiva'. Se trata de la frialdad o parsimonia que en ocasiones acompaña a sociedades como la japonesa, en este caso, poco conocida y estereotipada en el extranjero bajo idols como el sushi, el manga o Nintendo/Sony/Toyota. Puedo asegurar que ante una ciudadanía por naturaleza tan correcta y respetuosa nos encontramos antagónicamente con una característica innata en ese espíritu japonés que me hace temblar....

Mientras que en España o Europa aseguramos que las apariencias engañan para referirnos a una minoría, en Japón ocurre lo contrario, y tal expresión es una buena premisa inherente a la cultura japonesa. 外観はあてにならないものだ・gaikan wa ateni naranai mono da, ‘’las apariencias es algo con lo que no se debe contar’’,  resuelve muchos porqués que permiten adentrarnos en la esencia japonesa y que solucionan algunos dilemas incomprensibles. 

Yo, individualmente, reduciré la dificultad de tal frase y la adaptaré a las relaciones entre personas, aunque puede ser interpretada en infinitos campos. La traduciré como: ‘Difícilmente sabrás lo que de verdad piensa un japonés sobre ti’. Las consecuencias, tanto violentas como agradables, tienen muchos efectos secundarios, y este hecho ha permitido prolongar la vida de la cultura japonesa, ha permitido actuar silenciosa y calmadamente ante situaciones como la vivida y también ha polarizado a la opinión entre benévolas alabanzas o críticas tan frías como el comportamiento del que se les acusa, de ‘parecer tontos, inactivos, pero no serlo’. Independientemente del debate sobre las libertades o derechos que están arriesgando o perdiendo por ‘parecer’ conformistas (recuerden que nunca sabremos cómo piensa realmente un japonés así a la ligera, por lo tanto sustituyo el verbo SER por PARECER), no podemos negar que su correcta resignación en el momento oportuno ha permitido manifestar una paciencia y transigencia que muchos países envidiarían. Esperemos que esta flexibilidad sea momentánea y reservada a situaciones críticas, pues no me gustaría comenzar a vaticinar hacía qué evolucionan las masas acomodadas y fáciles de domesticar (creo que hemos tenido un siglo XX bastante llenito de ejemplos de ello).

Aún así, la permisividad japonesa se ve alimentada básicamente por su cultura y carácter, y por suerte ha sabido poner límites entre ambos extremos, ni mucho, ni poco. Pero aquella que rige las relaciones entre los japoneses es mucho más complicada, y para un japonés tú no ERES guapo, bueno o amable, aunque te lo diga de primeras, sino que PARECE que él piensa así, que tú eres guapo, bueno y amable, y eso no será desmentido hasta que realmente le conozcas y compruebes que es así (proceso que puede llegar a durar incluso años). No se trata de una crítica, es más, muchas veces este espíritu protector de sus percepciones y sufridor por callárselas, se agradece, mantiene una calma y equilibrio que evita muchos desencuentros que quizás en la sociedad occidental son inevitables dado, por ejemplo, el carácter provocativo y exaltado de los españoles en general. A la vez, ese carácter entusiasta latino impediría una fácil manipulación que sí sería posible en sociedades más moderadas (por ejemplo, de nuevo Japón, es común pensar ‘intenta sobresalir sin llegar a sobresalir’... el occidental se preguntaría, ¿Cómo...?; mientras, el japonés simplemente se limitaría a hacerlo...).

Por lo tanto, nos hemos dado cuenta de que el respeto reside en la falta de libertad, y este principio es clave para entender el espíritu japonés, su autonomía o el porqué de su silencio conformista. Y una de las consecuencias de esta apreciación es la que permite extenderla a la gestión que han llevado a cabo con la crisis que viven desde Marzo. Que parezcan tranquilos y flexibles, en masa respetuosos y amenos, no significa que por dentro se estén corrompiendo de miedo, rabia o estrés, quieran llorar y desahogarse, deseando gritar y salir corriendo. Las apariencias engañan en la sociedad japonesa, ¿Para bien o para mal?....

...................

…Mientras… me gustaría que opinéis, tanto los conocedores o no de la cultura japonesa como de cualquier otra. Cómo decía en un post anterior, ahora sólo queda nuestra opinión y lo que somos (¿…O lo que parecemos ser…?), así que no duden en comentar.


Continuaré con estas impresiones en comprender Japón 2,  hablando sobre algunos aspectos de su lengua que hacen más evidente aún el espíritu silencioso y sufridor del japonés.


Hasta entonces…, muy buenas tardes a todos.


martes, 3 de mayo de 2011

El fútbol es el opio del pueblo.

Se ha avanzado tan poco en veinte siglos que nos sigue haciendo el mismo efecto ese láudano de pan y circo con el que los emperadores romanos adormecían a las masas. Como los especuladores han puesto el trigo a un precio imposible y ya ni siquiera hay trabajo para que cada cual se compre la chapata, lo que se lleva sobre todo es el circo, y si es posible en abierto mucho mejor. Asistimos hoy, por tanto, al cuarto enfrentamiento Barça-Madrid, que si se desarrolla tal y como está previsto debería hacer subir el PIB de Cataluña en unas décimas, tal y como se auguraba que ocurriría en todo el Estado tras el gol de Iniesta en la final del Mundial.

Está claro que el fútbol es el opio del pueblo y, de haber nacido Marx un poco más tarde, es seguro que no habría dado tanto protagonismo a la religión, que cada vez narcotiza menos, a excepción de la misa televisada de los domingos con la que se duermen hasta las monjas. Este servidor fue testigo de la pausa en un velatorio para ver un partido televisado, al termino del cual y tras la sedante victoria del equipo local, todo el mundo regresó junto al cadáver mucho más consolado.

Pero no sólo eso. Es posible que la política sea la guerra por otros medios, pero el fútbol es en estos tiempos su mejor sucedáneo. De ahí que, a medida que los triunfos de un equipo son más numerosos, también lo sean sus seguidores, que bastante tienen con ser perdedores a diario como para permitirse encima nuevas derrotas los fines de semana. Bill Shankly, el mítico entrenador del Liverpool, lo tuvo siempre claro: “El fútbol no es un cuestión de vida o muerte; es mucho más que eso”.

Uno puede perder el trabajo, el piso y la pareja, pero por nada del mundo dejaría de ver un clásico. No se movilizaría contra un desempleo escandaloso ni para acabar con el hambre en el mundo pero saldría a la calle si un general portugués como Mourihno pidiera refuerzos para enfrentar la conjura arbitral a pecho descubierto. Nos gusta que nuestros gladiadores se dirijan a la grada antes de cada partido como lo hacían sus antepasados en el Coliseo: los que van a forrarse nos saludan.

Juan Carlos Escudier, Tierra de Nadie. Diario Público, 3 de Mayo 2011.

Hoy el chiste lo hace Obama


Original de Territorio Bergara, Público. Martes, 3 de Mayo 2011.
 "...El presidente Obama aseguró que la muerte de Bin Laden hace del mundo un lugar más seguro, y declaró la alerta máxima en todo el país, ante posibles represalias terroristas".



lunes, 2 de mayo de 2011

Llamada inesperada

¿Cómo reaccionamos a los pocos segundos de recibir una llamada? 

Las reacciones son dispares, y a la vez que dispares son solitarias. Sólo nosotros sabemos cuál ha sido nuestra reacción, e incluso aunque algún observador se encuentre ante nosotros para intentar descifrarla, puede equivocarse. Todo dependerá de la facilidad o dificultad que tengamos para desviar nuestras emociones. 

Por suerte, hoy, cuando he recibido una llamada inesperada, estaba sólo. Me había levantado perezoso, y no tuve más remedio que cancelar todas las citas que tenía a primera hora. Me es imposible madrugar si la mañana no está aferrada a una fuerte responsabilidad de la que no puedo escapar, y es sólo en esas ocasiones cuando consigo imponer la obligación antes que la devoción. Hay gente que no, que en cuanto suena el despertador o llega la hora que tiene que llegar, se desperezan rápidamente y activan su cuerpo. Me dan bastante envidia….

Hoy, día de fiesta, no iba a ser menos y cualquier cita podía ser pasada por alto. Claro está que, una vez desperezado y con un pie a punto de entrar en la ducha, hay una cita de la que no te puedes escaquear cuando surge y no tienes planes: las llamadas inesperadas. 

Esta llamada ha sido verdaderamente repentina. Pude comprobar cómo de nuevo el destino me jugaba una mala pasada. Autor de la llamada: Numero desconocido; Lugar de la llamada: levantándome de la cama; Posición del teléfono: exactamente recién cogido entre mis manos… Desde ese momento comencé a plantearme si contestar o no. Sólo había tres personas que acostumbraban a llamarme con ese número: a) Propaganda y publicidad por teléfono. Rápidamente reflexioné que en tiempos de crisis no era de extrañar recibir una llamada así en un día de fiesta. La gente haría lo que fuese por conseguir unos ingresos extras. b) Cualquier conocido que hubiese decidido crispar un poco mis ánimos llamándome con un número oculto; el número de personas que conocen mi teléfono es reducido, por lo que pasaron por mi mente las caras de muchos de ellos en el transcurso de dos cortos timbrazos del teléfono. Y c) La inusual llamada del remitente de la carta que mí amigo había recibido días atrás, y que antes ya se había puesto en contacto conmigo un par de veces usando también un número oculto… Tardé bastante más en deducir la posibilidad de que se tratase esa persona, así que no rechacé ninguno de los tres casuales.

Finalmente un ágil movimiento del pulgar de mi mano apretó el botón de contestación:
-¿Dígame? …

 Escuché un silencio acompañado de voces de fondo. Seguramente fuese alguien que se encontraba en una cafetería o caminando por la calle, así que al instante deseché la posibilidad de que fuera algún vendedor. Ya sólo quedaban dos opciones. Todo el misterio acabó cuando por fin escuche una respuesta:
- ¿Siiii?, ¿hola..? ¿ arub…?...

-…Enmudecí…- 
Bien…, ya sabía quién era…, y no tuve más remedio que despegar el altavoz de mi oreja. Me di cuenta de que instintivamente había tirado el móvil encima de la cama, y que me había sentado en una silla delante de él, justo dónde ahora mismo estoy sentado escribiendo. La voz continuaba hablando desde el otro lado del móvil, con tono interrogativo, como preguntándose porque tras la única palabra que pronuncié no le siguieron más enlazadas. Al minuto desistió y colgó…


…Nadie va a saber cuál fue mi reacción durante el tiempo que la llamada quedó suspendida en el aire esperando una respuesta. Cómo he dicho al principio, me hallaba sólo y no tendré que dar explicaciones a nadie… 

Sólo añadiré que ese minuto fue interminable, me estaba arrepintiendo de haber decidido contestar una llamada desconocida, me arrepentía de haber cancelado las citas matutinas porqué sino me hubiese encontrado en un lugar dónde no hubiese tenido oportunidad de responder, y también me arrepentía de haber comenzado a hablar sin antes comprobar quién era la persona que estaba al otro lado del teléfono. 

Fue realmente un minuto angustioso que no acababa, un minuto durante el cual cientos de pensamientos no hicieron más que agravar la situación sin parar de atosigarme. Era exactamente una llamada inesperada, el eco de una voz imprevista a la que NO estaba preparado para responder.


Nadie sabrá las reacciones inmediatas, nadie sabrá las reacciones posteriores…. La verdad.. prefiero callármelas…

Menos mal que estaba sólo... no hubiese podido reunir el valor necesario para retomar una conversación cualquiera, y menos aún para desviar mis emociones...

Fue una situación afortunada para un momento no tan afortunado…


Definitivamente, odio las llamadas inesperadas...