martes, 24 de mayo de 2011

Querido diario: 15 de octubre de 2008. Money will love you III.

Continuar....

Continuar con la historia que ya ocupa dos días de mi diario, que desde el 13 de octubre de 2008, es mi mayor preocupación.....
Ahora sé que no abandonaré hasta terminar de transcribir Un giro bajo la lluvia....:

......................................

..........''No recuerdo el día, ni la hora ni la fecha, no recuerdo el lugar, solo recuerdo sus palabras…
Por aquel entonces, intensas lluvias azotaron duramente la costa de la ciudad en la que vivía, y las inundaciones comenzaron a estar a la orden del día. Pérdidas millonarias y por supuesto personales de todos aquellos que no llegaban a resguardarse de riadas o simplemente no tenían donde resguardarse. Mientras, yo continuaba con mis negocios al igual que las lluvias no cesaban. En uno de estos días, mientras andaba por la calle, no tuve más remedio que pararme bajo un resguardo. El intenso viento impedía que continuase mi marcha sin acabar empapado incluso usando paraguas, que además ya estaba roto. Y fue allí donde su voz, irritada, como recién levantada de un sueño al cual le hubiese gustado aferrarse aun más, sonó.
-No esperaba que parases, creía que hasta la lluvia sería incapaz de retener tus quehaceres diarios…. ¿Qué harás ahora que solo tienes que esperar?- se oyó bajo un tono sarcástico.
-¿Esperar?- Conteste. -¿Esperar a qué? Incluso ahora que estoy aquí, parado, estoy pensando en cómo me organizaré cuando llegue a la oficina para aprovechar el tiempo que estoy perdiendo. No tengo nada que esperar, es más, seguramente alguien me esté esperando a mi.

Tras pronunciar estas palabras, decidí finalmente descubrir quién se atrevía a sobreestimar mi agenda y a hacer tales preguntas, y, esperando encontrarme con alguien frente a mis ojos aguardando detrás de mi espalda, el resultado fue opuesto; bajé la mirada y vi a un hombre de edad y rasgos imposibles de comprobar, abrigado con prendas dispares entre si, deterioradas y rasgadas; cualquier cosa valía mientras fuese capaz de calentar y proteger un cuerpo que seguramente bajo tales vestimentas no guardaba más que los recuerdos pesados de una vida atormentada por la pobreza; fue entonces cuando me di cuenta de que yo, de nuevo, alto mandatario, valiosa y reconocida figura de los negocios, me encontraba igualado ante un mendigo, ambos resguardándonos ante un enemigo común, ambos protegiéndonos de las sensaciones que éste puede dejar sobre nuestros cuerpos, ambos huyendo del miedo a ser expuestos a las peores consecuencias de tan bruscas lluvias sobre nosotros….mi burbuja comenzaba a romperse…algo o alguien la pinchaba lenta pero eficazmente…

-Creo que voy a sincerarme contigo- contestó el mendigo.- Dices que hay alguien que puede estar esperándote, así que imagina por un segundo que ese soy yo- Y sin dejarme un instante para responder, prosiguió:
Hace dos días que no se nada de mi mujer, es más, puedo asegurarte que ya no se encuentra entre nosotros. Vivíamos en una chabola, junto con muchas otras, en las afueras de la ciudad. Toda esa zona ha quedado empantanada, sin rastro de vida… nada más que escombros flotando sobre la superficie del pequeño embalse que se ha formado. Francamente creo que a nadie le va a importar las vidas que se hayan perdido allí…era una gran comunidad de personas…y ahora sólo las confundirán con los despojos que queden estancados cuando acaben las lluvias. Y de sólo pensar que mi esposa se haya entre ellos, se me revuelven las tripas. Pensar que sí solo la hubiese animado a salir de allí aquella tarde la riada hubiese pasado indiferente ante ella…, y que por aceptar que se quedase bajo ese refugio he perdido lo único que me mantenía con vida…Dime, ¿Has perdido alguna vez algo que te haya hecho replantearte tu existencia…?
No supe que responderle, comencé a pensar en la experiencia fallida de mi primer trabajo, pero nunca hubiese atribuido tal pérdida a una presencia humana. Mientras, él continuó:
Pero me he dado cuenta de que su ausencia no es más que el preludio de lo que voy a tener que hacer a partir de ahora. Bienes materiales… no tuve ni tengo, nada ha cambiado, pero… ¿Qué hay de lo qué, como he dicho, me mantenía unido a la realidad? Todas mis pasiones, miedos y deseos, toda la buena voluntad con la que llegado a actuar se encontraba acumulada bajo la figura de mi esposa, y cada paso que hemos dado era para estar juntos, sólo existía la palabra nosotros. Ahora, todo ese amor,…pasión y devoción hacia la vida incluso en las más crueles situaciones, ¿Cómo voy a demostrarlo? ¿Cómo voy a demostrarlo si ya no está la persona que me lo enseñó? ¿Cómo voy a saber qué estoy haciendo lo correcto? Creo que el amor que he conocido gracias a ella me ha permitido descubrir un poco más el mundo que nos rodea, y darme cuenta de que todavía hay algo más que dar sin esperar nada, justamente nada a cambio, pues no teníamos nada y nosotros sabíamos muy bien lo que era eso. Te parecerá mentira, pero ahora entiendo lo que aprendí con mi esposa durante la mísera vida que albergamos…: el saber qué hacer cuando no se tiene nada  ahora que falta uno de los dos. Ahora, los poquitos granos de felicidad y fraternidad que un indigente como yo pueda dar, los voy a entregar a los demás. Así es, porque estoy seguro de que eso es lo que a mi esposa le hubiese gustado oír algún día, y porque estoy seguro de que la ausencia que ella ha dejado se hará un poco más soportable al entregar a los demás lo que ya no puedo entregarle a ella.
Toma, dices que tienes prisa, ¿No?, creo que está lluvia no parará durante todo el día, así que rápido, dame tu paraguas y toma el mío. ¿Lo ves? Fue una de las pocas cosas que se salvaron conmigo de la riada, así que más vale que lo aproveches hasta que llegues a la oficina. Ya me has escuchado lo suficiente, así que ¡corre!
No me dio tiempo ni a darle el paraguas viejo, simplemente me hizo un ademán lo suficientemente claro con las manos para entender que debía irme y que no iba a responder a ninguna pregunta más. Toda esta atmósfera de misterio e inquietud se agudizó pocos segundos después de retomar la marcha, cuando volví la cabeza tratando de recordar el lugar en el que él estaba, y dónde ya no quedaba rastro alguno del que había sido mi interlocutor.

Entonces, unas palabras que deberían haber sido superfluas bajo la figura de un gran negociante cómo yo, fueron las que rondaron mis pensamientos y todas las decisiones que desde entonces afronté; Todas y cada una de aquellas sentencias quedaron grabadas en mi memoria, y mi mundo ideal volvía a desmoronarse… ¿Cómo era posible que pudiese hablar con tal ímpetu y fortaleza estando en una situación de tan devastada pobreza? ¿Qué es lo que le hacía luchar por algo que no era ni su propio bienestar ni la acogida de homenajes de otros? “…Creo que el amor que he conocido gracias a ella…”, “…estoy seguro de que la ausencia que ella ha dejado se hará un poco más soportable al entregar a los demás lo que ya no puedo entregarle a ella…”…Cada frase, cada palabra y cada pausa parecían estar elegidas de antemano por este individuo para hacer replantearme todo lo que hasta entonces era obvio e evidente, y quizás el desasosiego que guardaba en su interior pero que maquillaba bajo tales palabras era lo que había logrado penetrar en mi, lo que terminó por despedazar mi famosa burbuja protectora. ¿Qué era lo que había descubierto ese hombre que le llenaba incluso sin tener nada? ¿Qué demonios era…? Yo también quería conocerlo…yo también quería descubrirlo…quería encontrarme con eso capaz de llenar mi vida... ¿Dónde debería buscarlo?...Cómo se llamaba…. ¿Amor? ¿Solidaridad? ¿Pura locura quizás?...Tantas preguntas, tantas disconformidades acumuladas en tan poco tiempo consiguieron arrancar de mi más alarmado y receloso interior un llanto cruel y atronador que nunca antes había experimentado….finalmente no sabía quien era…


Las lluvias continuaron durante meses, y todas las tardes volví al mismo refugio esperando encontrarme con ese hombre, esperando verle cobijado del frío y del viento, mostrándonos indefensos ante las amenazas exteriores como el primer día que nos conocimos….parecía que incluso al haberme dado su paraguas, él se hubiese despojado de todo lo que es innecesario para ser feliz y a mi me hubiese encasquetado una ardua y larga tarea de desintoxicación ante todo lo que había conocido hasta entonces, advirtiéndome de que no sería tarea fácil, de que tendría que afrontar nuevos desafíos ante lluvias tan contrarias a mis capacidades, ayudado tan sólo de un paraguas y mi cuerpo.

Pasaron años…y efectivamente comencé a entender sus palabras…Conseguí reunir el valor suficiente para que los imborrables gestos de su entrega surgieran efecto…. Sentía que iba a descubrirlo…que iba a encontrar el motor de todo aquello que nunca tuve…
A él…a él no le volví a ver, no supe nada de su paradero. Incluso visité el lodazal que quedó a las afueras de la ciudad, y no hubo rastro de él, simplemente, como bien supo adelantar, un conjunto de restos y escombros bajo los cuales se hallaban olvidadas vidas humanas que difícilmente conmoverían a los demás.
Se acabó, podía escapar de la mentira que estaba viviendo…tras años de meditación, por fin supe que es lo que tenía que hacer…y este era sólo el principio.

…Corrí hacia el primer teléfono que encontré y marqué el número que tanto acostumbraba mi rutina,  y antes de esperar una respuesta al otro lado, exhale:
-        Soy yo, dejo la empresa, me retiro.
Antes de colgar, dio tiempo a que escuchase unas últimas palabras, unas palabras de inmediata  reacción ante tal inesperada declaración:
-        Espero que esto sea una broma, te necesitamos ahora mismo, ¿Dónde estas? Enviaremos alguien a buscarte inmediatamente.
Entonces, contesté mientras sentía mi voz temblar…
-    No sé…, no sé donde estoy, no sé ni cómo he llegado aquí…sólo tengo un paraguas…No me busquéis, creo que estoy lejos…, no lo sé…, pero por fin me he encontrado a mi mismo…todavía tengo mucho que aprender….- y colgué ''......

.............................................

Aquí.... Hola.....Soy yo, he vuelto.....puff....parecía que esta historia no tenía fin....y sigo sin encontrarlo....
No me lo creo....Llevo más de tres horas trasladando estas palabras con mi letra a un simple cuaderno..., y al final he encontrado un pequeño orden que explica qué le pasa a mi hermana......Noto que desde hace tiempo se abandonó al desorden, al desorden emocional, y ahora un orden que ni siquiera ha sido capaz de guardar no le guarda ella.... y se pierde fácilmente entre sus vórtices y escondrijos....

Definitivamente tengo esta impresión y no creo equivocarme.... 

Aun así, mañana reflexionaré e intentaré enlazar más desenlaces.... ahora estoy demasiado cansado para pensar.... hasta entonces..... 



no bajaré la guardia.... 





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