>> (…) Por supuesto, aquello no era algo que pudiera hacer una niña, y me limité a quedarme allí cinco o seis minutos de pie, atónita, con la mente en blanco. Sin comprender nada. Algo murió en mi interior. Hasta que mi madre vino a ver qué sucedía, yo permanecí allí, junto a mi hermana. En la habitación a oscuras. (…) -Naoko se arrimó a mi brazo-.Ya te decía en la carta que soy un ser mucho más imperfecto de lo que puedas imaginarte. Estoy mucho más enferma de lo que crees, las raíces son mucho más profundas. (…)<<
Confesiones de Naoko... sería un buen título para esta entrada….
El último post comentaba la adaptación al cine de la novela Norwegian Wood (Tokio Blues), y que podéis leer aquí. Hoy me centraré en rematar este asunto con un pequeño homenaje al trabajo de la actriz Rinko Kikuchi como intérprete de Naoko, y su parecido con su otro papel en Mapa de los sonidos de Tokio, bajo la figura de la asesina a sueldo Myu.
Rinko Kikuchi parece que ha optado por mantener una línea muy similar en sus dos últimas apariciones en la gran pantalla. Ambas vertientes, paralelas, ofrecen un carácter que Rinko, además, demuestra ser experta en transmitir: la parte más sombría y afligida de la identidad humana, una eclipsada personalidad dónde entran en escena la más angustiosa soledad empujada por un daño irreparable, y un juego de doble personalidad dónde tan pronto nos encontramos a un ser enamoradizo y sonriente cómo a su antagónico decadente y melancólico.
Recalcaba en el post anterior cuánto recomendaba ver la película en versión original, y me quedaría corto si no dijese lo mismo para Mapa de los sonidos de Tokio, pues cómo su propio nombre nos adelanta, tiene que haber algo escondido bajo esos ‘sonidos’ que durante años han rondado la ciudad de Tokio, y qué menos que entre ellos estén incluidos la propia voz de los protagonistas, o la del narrador omnisciente de la obra de Isabel Coixet, pero sonidos imprescindibles para entender la película. Y si nos centramos en la protagonista, el silencio de Myu es al fin y al cabo el sonido más ensordecedor del alma rota y desgarrada que todos llevamos dentro si nos pusiésemos en su lugar. Nadie puede escapar, su silencio muestra los límites de la cordura y nos afecta a todos, o si no prueben a ser asesinos a sueldo e intenten matar a la persona de quien estén enamorados.
Y la evolución de esta condición, rallante con la locura, sólo se manifiesta al exterior con amargos llantos y miradas desorientadas, que espléndidamente exhibe Rinko Kikuchi en Mapa de los sonidos de Tokio.
Aun así, esto no fue más que el preámbulo para poco después aceptar un papel que desde el primer momento tanto en la novela como en la película de Norwegian Wood tiene un pie al otro lado de la frontera con la paranoia....
...Hablamos de Naoko...
Podríamos clasificar la actuación de Rinko bajo la piel de Naoko cómo la continuación de lo que no pudo ser en Mapa de los sonidos de Tokio, y no iríamos mal encaminados. Indudablemente el mismo ímpetu amargo de la solitaria Myu se ve reencarnado bajo la piel de Naoko, pues no hemos conocido todavía a una alegre Rinko Kikuchi bajo sus dos personajes; bien si llega a mostrar alguna sonrisa entre las dos producciones es superflua y rápida, cómo si se pegase una inocente pegatina en un vaso lleno de sangre envenenada y rápidamente se despegase con rabia. Y ese vaso lleno de sangre envenenada es el que recorre el cuerpo de Naoko; <<… Estoy mucho más enferma de lo que crees, las raíces son mucho más profundas….>> le comenta a Watanabe en la cita que he colocado al principio del post.
Y definitivamente Naoko da el salto. Mientras que Watanabe (Kennichi Matsuyama) consigue superar el suicidio de su mejor amigo de la adolescencia, Naoko no logra el del mismo, su novio, y se queda encerrada en el pasado. Distorsiona su mundo y recíprocamente le distorsiona éste a ella impidiendole una marcha hacia atrás. Además hay que añadir que no se trataba de una pérdida adolescente cualquiera, pues cómo expone Naoko en algunos de sus diálogos, ella y él llevaban unidos desde los tres años, además vivía tremendamente atormentada por su incapacidad de hacer el amor con él por mucho que le quisiera. Está claro que este abrumador pasado de Naoko que supuestamente es cuerdo, degenerará en la protagonista que conoceremos en la obra de Murakami.
Naoko cruza la frontera.... y anhela a su amado muerto...Ni el cariñoso comportamiento de Watanabe hacía ella es capaz de borrar las huellas de una herida tan profunda, y así lo manifiesta Rinko Kikuchi otra vez, con unas miradas desalentadas, y entrecortados llantos…
...De nuevo prueben a ponerse en su situación y traten de guardar el sentido común durante un tiempo…un sólo minuto basta... y observarán la más afligida identidad que la actriz ha conseguido representar.
Me gustaría saber si debajo de la verdadera protagonista de estas historias se encuentra un espíritu conmovido o deteriorado por cada interpretación, no es fácil mantenerse a salvo de los personajes con los que ha dado el salto a la fama (y con estos incluyo su papel en Babel), y esperemos que nunca ceda ante ellos. Me imagino que detrás de tal cortina de tristeza se encuentra un espíritu energético y luchador, pero nunca lo sabremos, quizás ni ella misma lo sepa, quizás sea un reflejo de lo que somos nosotros mismos o tal vez nos esté mostrando una superficialidad nunca antes vista.
Nos queda mucho por aprender, muchas experiencias límites por conocer. Por eso, nunca digamos ‘nunca’. Quién sabe si algún día nos convertiremos en asesinos a sueldo, nuestra pareja se suicide o no volvamos a la realidad tras un duro viaje a lo más recóndito de nuestro interior.
Ahora sólo queda nuestra opinión y lo que somos.
Muy buenas tardes a todos.
Más información de Rinko Kikuchi en los siguientes enlaces: wikipedia, rinko kikuchi official website.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por su comentario!