miércoles, 22 de febrero de 2012

Alguien a quien me recuerda...

Cambiando un poco de aires, frente a toda esa ficción abstracta o conceptualismo que parece haber invadido mi mente, y como no, toda la actividad que ello conlleva en nunca digas 'nunca', les presento una entrada mucho más peculiar, llamémosle personal, totalmente amarrada a algo parecido a la realidad.

Hace varios meses tuve la ocasión de conocer a una chica china y a su pareja. Fue cenando en un restaurante coreano, en pleno centro de Madrid. He de añadir que era la primera vez que entraba en contacto con la comida coreana. Me fascinó tanto como la comida asiática que ya había probado, la china o japonesa, y quedé igualmente encantado. Así que dos encuentros arbitrarios concurrieron aquella noche: la congregación junto a aquella pareja y la aproximación a la comida coreana. En ese restaurante nos conocimos, y con ellos conocí la comida coreana, ambos están estrechamente unidos de la mano. Y de momento sigue habiendo buena relación entre los dos extremos de la cuerda (¿Porqué tendría que salir mal?).

Como siempre, el simple hecho de ponerme en contacto con la cultura oriental merecía la pena, y asistí sin rechistar a aquella cena. Hubo un pequeño malentendido el día anterior que casi me cuesta mi asistencia, pero afortunadamente todo se solucionó antes de la hora prevista.
Y no dejé de arrepentirme del estúpido embrollo que a punto estuvo de robarme la asistencia cuando me di cuenta de que por los pelos me quedo sin conocer a la pareja de la que ahora mismo hablo. Sí, me chocó mucho encontrarles. En especial me sorprendió la chica.

Me hizo mucha ilusión conocerla (su novio era español, y aunque fue muy divertido, no tiene nada que ver con lo que voy a decir ahora). Nada más verla me fue imposible evitar que mi mente adjudicara a su rostro el recuerdo de otro que era incapaz de eludir. La cara de la chica me era tan familiar que apenas podía contener las ganas de espetárselo en la cara y gritarla con emoción a quien me recordaba. Solo necesitaba un poco de conversación y unas cuantas risas más para tener más confianza, para que en breves enfundara dentro de un nuevo argumento todas esas palabras de regocijo y sorpresa que deseaba expresarles.

El rostro de la chica me recordaba a una cantante y artista japonesa a la que admiro bastante. El nombre de la cantante, Funakoshi Rie, ya ha aparecido varias veces etiquetado en mis entradas. Vamos, que no os pille por sorpresa este nombre porque no es la primera vez que lo menciono. Y por si alguien no se lo cree, y sobre todo, para unir cabos sueltos dentro de este blog, aquí os dejo algunos enlaces donde la música de Funakoshi Rie ha estado presente. Todos empiezan por ‘Querido diario’: Decay, Money will love you y Dreams be.

Por decirlo de algún modo, la ‘castellanización’ del nombre de esta amiga china, Sofía, no coincidía para nada con el de la artista. Tampoco su nacionalidad. Ni su edad. Pero hasta que no estuve seguro de todos estos datos, no pude discernir por completo si ella se trataba de Rie Fu o no. Bueno, en realidad no soy tan tonto.  Supe desde el principio que ella no era la misma artista que tenía en mente cuando vi su rostro. Pero me gusta imaginar, me gusta la ficción y preferí fantasear desde el principio. Preferí engañarme a mí mismo  y creer en la posibilidad de que existiese alguna relación entre ella y Rie Fu, alguna relación entre nuestro encuentro, mis gustos y recuerdos. Y gracias a esta mente fantasiosa, de nuevo, estoy escribiendo una entrada como la de hoy.

He decidido sacar el máximo provecho a nuestro encuentro, a nuestra cena en el restaurante coreano y, con el permiso de Sofía y su novio, publicar en esta entrada unas cuantas fotos que justifiquen el teatro que me había montado en mente. Son fotos que nos hicimos con Sofía y que compararé con otras fotos de Funakoshi Rie que he encontrado en Internet.

Espero que ojear las imágenes que pondré ahora os haga tanta ilusión como a mí me hizo buscar las fotos y crear esta entrada, compartir mi conmoción por este tipo de casualidades tan gratas y sobre todo, compartir la ilusión de conocer a alguien que cada vez que le mire me traerá buenos recuerdos. Una noche cualquiera de principios de diciembre, en un restaurante coreano…

Portada del último disco de Rie fu.
A la salida del restaurante coreano

 
A la izquierda Rie Fu y a la derecha nuestra amiga en el restaurante coreano.


 
De nuevo, Rie fu (izquierda) y nuestra amiga en el restaurante.


Alguien a quien me recuerda...

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