lunes, 11 de julio de 2011

El placer de no entender (1ª parte)


En el anterior post, lo que comenzaba siendo un llamamiento ante el conformismo incluso de aquellas sentencias morales, religiosas, políticas o sociales tan bien acondicionadas y disimuladas entre la multitud, acabó de manera imprevista. Lo cierto es que no era mi intención proseguir un post en el que cambiase incluso el título que había decidido de antemano, El placer de no entender por el de Fábula. Solo me pareció un poco más correcto. 
Las palabras comenzaron a fluir solas, y a los pocos minutos me di cuenta de cuántas veces se repetían términos como sueño, fábula o cuento. No me quedó más remedio que rectificar.

Ahora, en este nuevo post, puedo revelar la verdadera intención que me animó a escribir la anterior entrada de improvisto. Este por fin se llamará El placer de no entender.

Criticaba y no criticaba el conformismo. No critiqué el conformismo que puede estacionarse en cualquier rutina por cuestiones legales o penales, cívicas o naturales, sino aquella mansedumbre multitudinaria de los que, habiendo comprobado que incluso viviendo entre ciertas tradiciones y dictámenes que agreden y dañan a los verdaderos habitantes y creadores de la sociedad (nosotros mismos), se conforman y toleran de todo, dejándolo tal y como está.  Ya sea por miedo, conveniencia o ingenuidad, no se someten a una comparación y valoración crítica de las circunstancias entre las que viven. 

Ahora, parece que empiezo a enfocarme… Me centraré en una sociedad española en ‘’vías de desarrollo’’.
En España se encuentra definitivamente una sociedad en vías de desarrollo. Y así la siguen muchos países desarrollados que dan el pego perfectamente. Incluso los hay desarrollados y con  una población subdesarrollada. En el caso de España, su sociedad aún está en vías de desarrollo (si realmente tiene sentido esto del desarrollo o se trata de otra fábula más). 

Y aquí mi último enfoque: el orgullo gay de Madrid. Un torbellino de ideas asaltarán de ahora en adelante estas líneas. Espero que despierte el interés de algún comentarista atrapado en este blog…

Empecemos desde arriba, desde lo más alto… ¿Qué es lo que mueve y hace posible qué una fiesta así, impensable hace treinta años, salga adelante?...Tic tac tic tac tic tac….

¡El dinero! Si, curioso… Si el Orgullo gay no moviese miles de euros dentro de una Comunidad endeudada, y en plena crisis, dense con un canto en el los dientes que la fiesta y las reivindicaciones sociales en una España en vías de desarrollo no levantarían el mínimo interés de sus representantes…. Unos representantes que legítimamente se han alzado en el poder por el anhelo mayoritario del pueblo, se convierten de repente  en unos simples apoderados enajenados del pueblo… (¿Tendrá esto algo que ver con el movimiento 15M?).

Y olvidando este cimiento capitalista (¿Otra fábula?) que ocupa el escalón más empinado de la escalera, continuo bajando peldaños. Nos hemos instalado en esta escalera de complejos y búsqueda del poder instantáneo… Somos gobernados en última instancia por este amigo depredador, el capitalismo, que en realidad solo es un aliado de lo que somos... Él  se engendró como resultado de la pura codicia  que por naturaleza nos ha rodeado como seres inteligentes, seres que hemos aprendido a razonar, moralmente bien educados…
 
Ya saben, a quién no le guste esto, que se lance desde el último escalón y ¡Ale!, ¡A rodar!

Por suerte, me queda la esperanza de que todavía, en el intento de muchos individuos por evadirse un poco de este sistema zampón,  que no quieren tirarse y rodar desde el último escalón, se comprometen con  reivindicaciones sociales y han organizado encuentros sin necesidad de mover grandes cantidades de dinero…                                              
......

Y ya, en el siguiente escalón, me topo con el origen de la cuestión. El maravilloso placer de no entender. 

No hay nada que nos motive más que el placer de no entender, de saber sin saber y criticar sin conocer. Por un lado, nos encontramos al español que el día de la manifestación del Orgullo gay (más que manifestación usaré mejor el nombre de exhibición o fiesta), no puede soportar una actuación tan descarada y provocativa ante la moral moderada y prudente de España. Este español, tan prudente y sensato él, cogerá una de esas rabietas ideológicas al oir cualquier comentario que ensalce la fiesta del Orgullo gay en cualquier medio de comunicación….

A todos estos…. ¡Perded el miedo a conocer! No caigáis en el error de juzgar sin conocer, de juzgar a un colectivo sin discernir…. ¡Si ya sabes de sobra que lo que sale por televisión no es más que puro teatro!

Y cuando te atrevas a conocer, las dudas se abalanzarán sobre ti. La primera será la de distinguir. Distinguir entre un día de fiesta y la rutina diaria. Homosexualidad no figura en el diccionario como sinónimo de travestismo ni denigración...Ni siquiera se parecen en sus lexemas…
...En cambio a ti…. ¿Por qué te viene eso a la mente?
Vale… pongámoslo más fácil…. Hagamos una comparación con la Navidad y la cabalgata de los Reyes Magos…. Qué suerte que aquí todo está bien visto ¿No?... ¿Quién dudaría de qué hay que engañar a los niños haciéndoles creer que estos tres peculiares personajes aparecerán de noche en sus casas?.... Aquí no te veo dudar ni criticar aunque estes mintiendo sin discreción ¿No….?

Durante la cabalgata de los Reyes Magos, solo una pequeña cantidad de individuos preseleccionados con anterioridad son capaces de subir a las carrozas y desde allí lanzar caramelos. Luego, de entre ellos, los más valientes y avivados se ponen sus trajes de duendes, pajes, hadas,…. Pero dentro de mi capacidad para discernir, me imagino que esta pequeña cantidad de personas, al volver a su casa, se quitan el traje que han usado durante varias horas de fiesta. Ni yo ni nadie espera que al día siguiente estos niños o colaboradores salgan de nuevo con esos trajes a la calle, y menos aún armen escándalo por mucha Navidad que quede…

Muy bien….Pues si incluso este sector de España tan inmovilista y tradicionalista no dudaría en distinguir lo que es un día de fiesta de cabalgata y lo que es la Navidad, ¿Por qué no ocurre lo mismo con otra fiesta más, la del Orgullo gay? De repente se trata de una exhibición ilícita e indecente, y no queda más solución que cerrar los ojos… ¿Porqué no poner un límite a esta imaginación, y así diferenciar sin miedo ni complejos una tarde de pasarela con carrozas, dónde los más extrovertidos y con ganas de llamar la atención se disfrazan o travisten? 
Para ellos, poder posar en una foto, bailar, bromear con cualquier asistente de cualquier orientación sexual es sólo parte del juego que rodea ese día de fiesta, esa noche de fiesta…. ¿Y tú no eres capaz de diferenciar? ¿Prefieres agrupar a todo un colectivo en tan sólo una imagen así…? ¿O es qué te interesa seguir pensando que todos aquellos individuos de orientación afectivo sexual diferente a la tuya resultan una vejación a la naturaleza, una amenaza para España, y solo disfrutas auto convenciéndote y extrayendo tus excusas fuera de contexto…? ¿Cuántos asistentes hubo? ¿Cuántos se disfrazaron? ¿Cuántos eran efectivamente travestis o gogos por profesión?.... Solo lo podrás saber y comprobar el día que acudas y lo veas con tus propios ojos….

Parece mentira que tenga que estar escribiendo estas preguntas, pero no es algo al azar…

En España, todavía está bastante viva la imagen de homosexualidad como enfermedad… Un colectivo LGTB no puede ganar la batalla tan fácilmente tras siglos de desentendimiento, miedo y prohibición, todavía caminamos dentro de una sociedad en vías de desarrollo…  
Existe la discriminación,  y hay que tener en cuenta la sensación de este amplio conjunto de españoles que no se atreven a desmentir estas fábulas, que todavía encuentran un morbo especial en el placer de no entender… 

...De continuar encubriendo algo inocultable…


……
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