viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Turista España, turista China? (1ª parte)


Que a mediados de Septiembre de 2011, justo dos semanas después de acabar mi trabajo con turistas, la tarea rodeado de ellos se alargase por unas horas, siempre pensé que sería bienvenido. Y conocer inesperadamente a un matrimonio chino en el antiguo Palacio de Telecomunicaciones de Madrid es algo que me satisface si al menos me permite aprender un poco más sobre su cultura o sobre ellos.

Pero después de pasar unos días que no eran para nada los mejores del mes ni del año, dejar que se esfumase mi mente y relajarme durante un rato era algo que mi cuerpo pedía a gritos. Y por mucho que me agradase, conocer a esas dos personas casualmente se convertiría en un reto. No era, repito, el momento más receptivo del año, y hablar con ellos con el mismo desenfado y soltura que aparentaba con los turistas en verano no sería algo fácil. Pero tuve que hacerlo, y es algo por lo que ahora estoy contento. Si no, por ejemplo, esta entrada nunca hubiese visto la luz.

Las primeras señales que me liberaron de mi embotellamiento fueron la manera tan graciosa que tuvo la chica del matrimonio de presentarse. Sacó varias tarjetas, dadas la vuelta, y nos indicó que eligiéramos una. Parecía ser que cada tarjeta tenía un refrán y un dibujo distinto, aparte del nombre y las formas de contacto de la mujer. La traducción al español de su nombre chino sería Amanda, aunque en realidad su nombre artístico es .

Postal con la que nos recibió Amanda nada más conocernos.
Y sí, aunque su trabajo fuesen los negocios, ella ocupaba su tiempo libre dibujando, era dibujante. Y la ilustración de la pequeña tarjeta que nos entregó, junto a otra postal que también nos regaló, ambas las había dibujado y diseñado ella. Que pena que no sepa dónde acabó la pequeña tarjeta, pero la postal aún la conservo (dibujo de arriba). Y gracias a esta inesperada presentación, tuve la esperanza de poder abrir mi mente y dejar de lado todo lo que días antes hubiese reventado mi cabeza. 

Las conversaciones corrieron tan fluidas y el tiempo pasó tan rápido que no pudimos evitar acompañarles a comer cerca del Museo del Prado. Pero nuestro encuentro tuvo que darse por zanjado después de la comida, en las puertas del museo. Amanda tenía pensado pasarse allí varias horas con su marido, quizás hasta que cerrasen. E iba bien preparada: cámara, cuaderno, lápiz y goma. Según he descubierto más tarde, su viaje a España le ha servido mucho para aprender sobre arte y pasión, y es algo que echa de menos.

Durante la comida fue cuando, escuchando sus testimonios, asombrándonos con el resto de dibujos y pinturas que tenía, y sobre todo conociéndoles un poco más personalmente, arrinconé por completo mis pensamientos, y la soltura con la que quería charlar desde el principio con ellos y que tanto sacrificio me costaba descubrir se precipitó por fin del todo. 




              Uno de los bocetos de la artista. Foto tomada en el restaurante.



Diario de Amanda con el personaje que la caricaturiza en sus viñetas.
Y gracias a esto, ahora puedo subir las viñetas que pintó sobre su viaje a España. Y también sobre nuestro encuentro. Una gran sorpresa descubrir todos sus dibujos de Madrid meses después. Ya intuía tras ver sus bocetos que dibujaría algo interesante, que algo divertido se traía entre manos. Pero incluso así no dejé de sonreír cuando hace pocos días vi los dibujos que había hecho. Sobre todo por el buen sabor de boca con el que dejará a todos los chinos que lean su blog y vean sus viñetas. Es imposible que dibujos tan divertidos y graciosos no animen a más de un chino a visitar España y conocer nuestra cultura.

Ya empiezo a alargarme demasiado. Vayamos al grano. Aquí dejo, con el permiso de Amanda, las viñetas que ha publicado hasta el momento sobre su viaje. Remataré en una segunda entrada este encuentro con una pequeña reflexión sobre nuestras conversaciones, justo cuando menos esperaba tener el ánimo suficiente para mantener una. ¡El resto de viñetas y fotos también las subiré en la segunda entrada!

Viñeta que nos dedico tras nuestra comida juntos. La chica y el mono son ella y su marido.
Mesa real en la que comimos.
Espero que todos aquellos capaces de entender chino o intuir sus caracteres disfruten con los dibujos. Me parecen muy buenos, alejados de la típica imagen que una tienda de todo a cien da sobre China. Ojalá no se enteren de la imagen que tenemos aquí sobre China, que no tiene nada que ver con la que tienen ellos sobre España...

                 Desayuno en la Gran Vïa un día antes de conocernos.

                       Comprando ella y su pareja en el museo del jamón.
Tapeando al más puro estilo madrileño. En viñeta ella y su marido.

Si quereís acceder a su blog, esta es su dirección. Aquí hay muchos dibujos más:


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Hasta la siguiente entrega de ¿Turista España, turista China?






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