¡Hola! ¡Me llamo Wewe!
Puedo estar orgullosa de decir que es un nombre que nadie ha elegido por mí. Tan solo me gustó y me llamé a mi misma Wewe. Mi nombre original es otro mucho más ordinario y simple, así que lo cambié tan pronto como pude. Pero la gente al verme, sigue llamándome por ese nombre tan primitivo que tan poco me gusta…
Que me llame Wewe… es algo que solo sé yo, la persona que me está ayudando a escribir esta historia, y por supuesto, aquellos lectores que la ojeen y que, respetando mi decisión, se olviden de mi otro nombre.
Imagino que una de las preguntas que se os pasará por la cabeza es saber quién soy. Mi físico o mis opiniones. Por qué motivo estoy escribiendo esto. Qué voy a obtener a cambio de unas palabras plasmadas entre estas hojas. No os preocupéis que lo hare. Ahora acabo de empezar… ¡Vayamos con más calma!
El caso es que me gustaría daros unas cuantas pistas, pero no creo que pueda. Los acertijos es algo que todavía no he llegado a comprender del todo. Lo primero que debo decir es que no tengo un intelecto del cual enorgullecerse… Mi intelecto no sirve para esto, no soy lo suficientemente inteligente y avispada para hacer algo por mi propia cuenta…. Yo necesito hablar remitiéndome a los hechos o a lo que se cruza por mi cabeza. No puedo dedicarme a enredos y adivinanzas.
Veamos… Incluso podría decirse que yo, únicamente, he aprendido a describir lo que me pasa o a mí. Además, de mala manera (pues, por ejemplo, aunque sé lo que es un espejo, nunca he tenido la oportunidad de acercarme a uno y comprobar mi aspecto). Tampoco tengo ojos, aunque pueda ver. Es decir, el sentido de la vista lo tengo en otra parte. Los sentidos del tacto, olfato y oído los poseo también, aunque no necesito piel, nariz u orejas para ponerlos en funcionamiento. ¡Eso es genial! ¡Me ahorro mucho espacio! Y ahora entenderéis porqué.
Pero no solo sé hablar de cualidades de mi misma (¡Ojo! Estoy hablando sobre mí en femenino porque es lo más adecuado, no porque sea una mujer. Yo tampoco tengo sexo ni género). Mi reproducción no va ligada a nadie de mi sexo opuesto. Nunca me reproduciré con mi contrario: algo con género. Simplemente no me reproduzco. Ningún deseo sexual ha cruzado mi mente durante toda mi vida, así que soy incapaz de describirlos. Nosotros no nos reproducimos, nos reproducen.
La reproducción de mi especie, si es que podemos llamarnos así, está ligada a factores externos que nunca hemos elegido. Creo que a los humanos les pasa algo parecido. Ellos no eligen dónde, cómo o cuándo nacer. Ni siquiera si quieren nacer o no. Ellos simplemente nacen y ¡Ale! ¡A vivir! En mi caso, podría decirse que ha ocurrido algo parecido. Nadie me preguntó si quería nacer o no. — ¡Hola Wewe! A partir de ahora tienes la posibilidad de nacer. ¿Quieres?—. Mi respuesta hubiese sido un sí, pero nadie me lo preguntó. Y además, ¡He tenido suerte! Muchos de mi especie no la tienen. Me atrevería a decir que soy una excepción, el único caso conocido. La gente, los humanos, solo nos utilizan. Y yo he tenido la suerte de encontrarme con alguien que ha sabido interpretar todo lo que llevo dentro. Y esa persona ha desglosado mis pensamientos, lo que quería trasmitir, todo lo que quiero contar, adaptándose a mis aptitudes e ingenio. Quiero que así se conozca otra verdad que pocas personas imaginarían.
Pero no os creáis, que yo también he sido utilizada, y encima muchas veces. He pasado de mano en mano, de hombre en hombre, de casa en casa, por comercios. Y es algo horrible. Cuando te das cuenta de que por ti misma no vales nada, que dependes de un propietario continuamente si quieres valer algo, ¡O incluso moverte! Pero más horrible aún es cuando ni siquiera nadie se para a escucharte. Como digo, yo he tenido suerte y ahora, aquí, puedo escribir todo lo que he sentido y siento. Pero muchas de mis compañeras y compañeros nunca van a ser escuchados. No tenemos la voz lo suficientemente desarrollada para gritar. Podemos pensar pero no hablar, la verdad es que entre nosotros no necesitamos palabras para comunicarnos.
A veces, con solo atisbarnos, ya nos hemos dicho todo. Son muchos años de experiencia. Estamos encerrados y rodeados de un eficiente caparazón que nos impide comunicarnos entre nosotros. Repito que nosotros no lo hemos elegido, nos ha tocado nacer y ser así. Igualmente que nacemos para ser utilizados. Ningún ser humano podría soportar que algunas o algunos de nuestra especie hablasen. Mejor crearlos con la boca cerrada.
......
I like your stories, they're somewhere between the fantastical and the philosophical. I don't quite understand every word, but I think it's good. Keep it up :D
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