viernes, 2 de marzo de 2012

Un armario con siete llaves

Hace un par de días leía este artículo en El País sobre la situación de los homosexuales en todos los países de tradición islámica.
Cuando lo terminé, pensé que merecía la pena compartir como mínimo la entrevista con la que se zanja el artículo. El entrevistado, uno de los muchos marroquíes que residen en Madrid, pero que ha tenido el valor suficiente para declararse abiertamente homosexual en España, que no en su país, hecho por el cual sería condenado como un delincuente más.

Espero que esta entrevista despierte la indignación de más de una persona. 
Porque todavía quedan muchas cosas por hacer...

“Parte de mi familia dejó de hablarme al decirles que soy gay”

El marroquí Samir Bargachi (Nador, 1987), que vive en España desde hace 12 años, fundó la asociación Kifkif para defender los derechos de los gais en Marruecos.
Pregunta. ¿Cómo llegó usted a asumir que era homosexual?
Respuesta. El proceso para asumir mi homosexualidad fue muy complicado, porque vengo de un espacio cultural, Marruecos, donde la sexualidad no se trata en público. Cuando me di cuenta de lo que sentía estaba totalmente desinformado, no sabía lo que me ocurría y ni siquiera le ponía nombre a lo que me pasaba. Mi camino para llegar a esta conclusión se inició en mi país natal y continuó luego en España, adonde me trasladé a vivir con mi familia en el año 2000. Y, en realidad, no pude contarlo hasta que no me fui de casa. Más adelante, cuando me fui a vivir fuera de la casa de mis padres, ya pude actuar con más libertad.
P. ¿Ha perdido amigos por decir que es gay?
R. Confesar mi condición sexual me ha costado muchas amistades y que una parte de mi familia deje de hablarme.
P. ¿Cuál fue la reacción de su familia en aquel momento?
R. Al principio, decidí no contárselo a mis familiares, porque la mayoría son conservadores y religiosos. De hecho, temía incluso que me echaran de casa si lo confesaba; es decir, tenía unos miedos concretos y reales. Cuando mi familia lo supo, mi madre lo entendió, más o menos, y sigo teniendo una buena relación con ella y con mis hermanas. A mi padre, en cambio, le ha afectado mucho y he perdido el contacto con él.
P. ¿Conoce casos similares?
R. Sí, este patrón se repite con otros amigos árabes y musulmanes, a los que les ha ocurrido lo mismo; es decir, sus madres les entienden, sus hermanos varones, menos, y su padre, nada.
P. ¿Es homófoba la comunidad musulmana en España?
R. Totalmente. En España, la inmigración musulmana es una inmigración todavía reciente, de primera o, como mucho, segunda generación, por lo que su código cultural viene de estos países. Es muy distinto del caso de Francia o Reino Unido, donde van por una tercera o cuarta generación y, por lo tanto, hay mucha más integración que aquí.
P. ¿Está prohibida la homosexualidad en el islam?
R. Yo no opino lo mismo que los sabios musulmanes que dicen esto, y tengo amigos que son religiosos y piensan como yo. En el Corán únicamente se habla de la historia de Lot, y está claro que no se refiere a la homosexualidad, sino a violaciones, vejaciones… algo muy distinto.
P. ¿Se considera musulmán?
R. Soy una persona musulmana culturalmente, es decir, que esa es la cultura en la que me he educado. Sin embargo, no me considero religioso.
P. ¿Ha tenido una doble red de amigos?
R. Ahora, la mayoría de mis amigos son españoles, a los que conocí en el colegio, pero efectivamente, hasta hace poco, tenía dos grupos de amigos: por una parte, los españoles, a los que les conté mi homosexualidad y, por otra, los de tradición musulmana con los que se relacionaba mi familia (amigos de mis hermanos, vecinos…) que no sabían nada. Con ellos, era muy difícil encajar todas las facetas de mi vida: inmigrante, musulmán y homosexual.
Aquí os dejo el enlace de la entrevista y el artículo: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/27/actualidad/1330310577_794728.html